Genesal Energy: Una pionera de las recetas anticrisis
Periódico La Opinión / REPORTAJE
La bergondesa Genesal Energy, especializada en grupos electrógenos, crece un 12% anual tras 23 años de apuesta por la innovación, la diversificación de mercados y la exportación.
Genesal Energy puede presumir de haber apostado antes que nadie por esas recetas que tan famosas se hicieron en la crisis y tanto se han repetido en los últimos diez años como fórmulas para evitar el colapso o salir de él: la exportación, la diversificación de clientes y mercados y la innovación.
Son los tres pilares que sustentan su actividad desde hace 23 años; primero desde Cambre y desde el arranque de este milenio en el polígono industrial de Bergondo. Esta empresa creada por tres profesionales del sector de los grupos electrógenos —una especie de generadores de electricidad a escala y con capacidad industrial— insatisfechos con el modo en que sus empresas hacían las cosas, da empleo a 60 personas en España, además de a otras quince en las tres filiales que tiene en Latinoamérica. Está presente en 30 países y facturó 10 millones de euros en 2016, un 50% más que en 2008, y suma un crecimiento medio desestacionalizado del 12%. De ese volumen de negocio, un 65% lo genera en el extranjero.
El secreto de Genesal Energy es fabricar, instalar y dedicarse a la posventa de grupos electrógenos singulares, “esos que se piden y nadie hace”, como dice José Manuel Fernández, director comercial; adaptarse a las necesidades del cliente y garantizar un servicio de instalación y posventa casi en cualquier punto del planeta. De momento ha colocado sus productos en latitudes tan distantes como Sudáfrica y Suecia o Bangladesh y México, en buena parte en lugares inaccesibles con niveles de electrificación muy bajos.
Entre los clientes de Genesal Energy se encuentran empresas instituciones e instalaciones de todo tipo, como la OTAN, el Ejército del Aire, Renfe, Gas Natural Fenosa, Red Eléctrica de España, la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, las centrales nucleares de Almaraz, Trillo y Cofrentes o el puerto de Callao en Perú, entre muchos otros.
Genesal Energy firma los grupos electrógenos de seguridad que evitarían un apagón en el hospital Álvaro Cuáquero de Vigo, los que respondieron sin sufrir incidencias en el último terremoto de México dentro del túnel de Coatzacoalcos, que sí se resquebrajó con el seísmo, pero también varias centrales de energía que abastecen a fábricas en África; grupos electrógenos militares para bases de Irak o marinos, instalados en buques rompehielos.
Es una pyme que pelea en el terreno de las multinacionales con soluciones tecnológicas propias y el testeo al milímetro de cada uno de sus productos. Al margen de la buena respuesta del mercado, el viernes pasado recibió el reconocimiento a su labora de los profesionales de su propio sector, el del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia (Icoiig). Genesal Energy se llevó el premio al proyecto de innovación en los galardones Galicia Industria que premian las mejores iniciativas del sector por su Hybrid microgeneration, un grupo electrógeno especialmente diseñado para el suministro eléctrico en zonas remotas donde no haya disponibilidad de red pública y que combina sistemas de generación basados en energías renovables (solar y eólica), tradicionales (grupos electrógenos) y dispositivos de almacenamiento de los excedentes energéticos “que permiten un suministro eléctrico fiable, eficiente y respetuoso con el medio ambiente”, según el jurado de los galardones. “La innovación está en el ADN de la empresa, pero desde 2011 hemos desarrollado más proyectos especiales a raíz de que creamos el Centro Tecnológico de Energía Distribuida”, explica José Manuel Fernández, en referencia al centro de I+D del grupo y en el que han desarrollado soluciones propias para la industria.
“Todas y cada una de nuestras máquinas se prueban aquí, en un banco de carga que las somete a las condiciones más exigentes que va a poder soportar para comprobar su funcionamiento”, añade. Entre esos “proyectos especiales” que la firma bergondesa tiene y testa están los grupos electrógenos militares, capaces de trabajar al 100% de capacidad a 50 grados de temperatura, o los marinos, que son sometidos a 32 grados bajo cero durante cinco días seguidos para ponerlos a prueba. Los pedidos militares o nucleares imponen pruebas muy exigentes como lanzarlos desde un metro de altura o a soportar su transporte con obstáculos capaces de destrozar los ejes de un camión. Hace ya 17 años Genesal Energy hizo un prototipo para los trenes de cercanías de Renfe y es la única empresa que provee esos equipos. Por eso su director comercial presume de que la innovación es una de las patas de la empresa desde el principio. La otra es la exportación, un camino que inició en los noventa, cuando vender fuera era “casi exótico” en Galicia —Inditex empezó de hecho en el 88 y por Portugal—. Los inicios corrieron a cargo del director general, Fernando Cueto, que aprovechó la proximidad idiomática para lanzarse a Latinoamérica y Sudamérica, aunque sin una estructura como la que tiene hoy en día —Genesal Energy no abrió sus tres filiales de Perú, Panamá y México hasta 2010—. A partir de 2002 la compañía añadió a estos destinos nuevos mercados gracias a una alianza con una asociación de fabricantes que la llevó a Kazajistán, Angola, Yemen, Croacia, Dubai, entre otros, y más tarde, a los países del Norte de Europa y el mercado árabe.
Precisamente por esta expansión, el personal de Genesal Energy ha pasado por todo tipo de vicisitudes y situaciones de verdadero riesgo que darían para un libro pero también sabe con qué protocolo y tipo de maquinaria puede llegar a casi cualquier lugar del planeta. Este saber hacer, pero también el contar con una política de horario adaptado para los padres de niños en edad preescolar y escolar, un cheque-guardería y la apuesta por la formación dentro y fuera de la empresa fueron reconocidas por la directora xeral de Emprego, Covadonga Toca, en una reciente visita a la planta.
“Es un orgullo ser el director comercial de una empresa como esta en la que todo el mundo está implicado y convencido de lo que hace. El equipo es joven; la media de edad está por debajo de los 40 años y no tenemos la vocación de ser una multinacional. No queremos crecer por crecer, sino porque hacemos las cosas bien y damos soluciones”, concluye José Manuel Fernández.