El mensaje apocalíptico de Austria advirtiendo de un riesgo “real y muy serio” de un gran apagón global ha puesto en alerta a muchos gobiernos y el mundo comienza a preguntarse: ¿qué pasaría si de la noche a la mañana nada funcionase? En plena crisis de suministro de gas y con la luz a precios estratosféricos, España no es ajena a esta posibilidad, por remota que esta sea.
Ante una hipotética caída masiva del suministro eléctrico, en Genesal Energy hemos querido hacernos la pregunta del millón. ¿Estamos preparados para afrontar un gran apagón energético? La respuesta es complicada.
La inmensa mayoría de los expertos descarta la posibilidad de que en unos meses podamos encontrarnos con un escenario mundial a oscuras, pero advierten de que, ante ese hipotético apagón planetario, reactivar el servicio llevaría días. Así las cosas, si el mundo se apaga ¿la red de emergencia de nuestros servicios básicos podría resistir hasta la reactivación del suministro?
Aeropuertos, hospitales, estaciones de tren, centros logísticos, redes eléctricas, estaciones de bombeo, centros de investigación médicos, farmacéuticos… Todas estas infraestructuras forman parte de las denominadas instalaciones críticas: sistemas físicos o virtuales que facilitan servicios esenciales para la economía y la sociedad. Pues bien, en estos lugares la energía es indispensable para su buen funcionamiento y todos deben disponer de una red eléctrica de emergencia, de grupos electrógenos seguros y fiables. Sin ellos la seguridad de las instalaciones no está garantizada.
El plan B
La ausencia de electricidad en un hospital impediría el correcto funcionamiento de las urgencias o faltarían suministros clave para la asistencia y cuidado de los pacientes. Si en un aeropuerto falla el suministro eléctrico, los aterrizajes y despegues serían imposibles y se pondría en riesgo la seguridad de los pasajeros y ¿qué pasaría si la red de carreteras se queda sin luz? Sería el caos.
Para evitar situaciones de este tipo en toda infraestructura crítica se necesita blindar el suministro. Es necesario que los sistemas vitales para nuestra sociedad funcionen bajo cualquier circunstancia y condición. Hay que tener un plan B: una fuente de energía redundante como la que proporcionan los grupos electrógenos.
En todas las instalaciones e infraestructuras básicas, se necesitan grupos extremadamente resistentes y fiables, perfectamente adaptados a las necesidades energéticas de la instalación. Para garantizar su fiabilidad al cien por cien, el grupo electrógeno exige un mantenimiento adecuado porque nunca puede fallar. El proceso no termina con la fabricación y entrega del equipo al cliente. Las labores de control y supervisión también son claves.
En realidad, un grupo electrógeno es una máquina altamente segura y con las características adecuadas es capaz de proporcionar la energía eléctrica necesaria hasta en las situaciones más extremas. Puede conseguir que cualquier infraestructura, como un hospital o un aeropuerto, mantengan su energía durante largos periodos de tiempo, garantizando la seguridad siempre. Los aviones podrán aterrizar y despegar o dirigirse a otros destinos mientras los pasajeros abandonan el aeropuerto de forma segura. En un hospital se podrá atender a los enfermos, finalizar operaciones, seguir cuidando a enfermos en la UCI, continuar manteniendo máquinas de soporte vital energizadas sin ningún perjuicio para los pacientes.
Características de los equipos en instalaciones críticas
Los grupos electrógenos en instalaciones críticas son especiales, entre otros motivos porque tienen que estar diseñados con gran precisión para ser capaces de detectar un fallo en la red eléctrica de suministro y activarse y conectarse de forma rápida, casi inmediata.
En este tipo de aplicaciones, además de la necesidad de realizar un estudio detallado “in situ”, analizar las cargas y dividirlas entre esenciales y no esenciales, los grupos electrógenos deben cumplir una serie de características.
Así, en instalaciones críticas el tamaño del depósito de combustible de los grupos electrógenos tiene que ser lo suficientemente grande para responder de forma óptima y cargar en funcionamiento para garantizar el suministro de emergencia. También es aconsejable instalar varias máquinas para que entre todas sumen la potencia necesaria como si fueras solo una. Esto permitirá -explican los expertos- que si una de ellas se avería la instalación pueda seguir funcionando parcialmente.
El mantenimiento, el factor clave
También es esencial tener al menos N+1 grupos disponibles y realizar un estudio del sistema de tierras (utilizar un sistema de tierras IT para maximizar la disponibilidad del grupo es muy conveniente). Y sobre todo, la inversión en mantenimiento debe ser elevada.
Si en las instalaciones críticas el mantenimiento de sus redes de emergencia tiene que estar al día, las industrias también deben hacer estos controles para garantizar el correcto funcionamiento de sus grupos electrógenos. Las revisiones, los mantenimientos preventivos (arranques de prueba, control de niveles y valores de parámetros de funcionamiento, revisión de protecciones eléctricas…) deben ser periódicos para que, ante una situación de emergencia, entren en funcionamiento sin problema. Y en este caso, la realidad nos dice que muchas industrias no realizan labores de mantenimiento de forma adecuada.
Centrales de energía
En los nuevos modelos energéticos, los sistemas que garanticen la continuidad del servicio eléctrico son más necesarios que nunca, ya sea por una situación de emergencia o porque hablamos de un sistema aislado donde las fuentes de energía renovables no garantizan el suministro. Para todos estos casos, los grupos electrógenos son la solución: son capaces de responder a una emergencia en caso de una parada del sistema eléctrico de energía (si es de máxima eficiencia energética sería lo ideal).
Si una planta de extracción, tratamiento o generación de combustibles fósiles -independientemente de que se trate de carbón, gas natural u otro componente- se queda sin suministro eléctrico, los sistemas de supervisión pueden dejar de funcionar y si esto ocurre nos encontraríamos con una instalación fuera de control que maneja materiales altamente inflamables -incluso explosivos- con el consiguiente peligro para la planta y los trabajadores.
En las centrales de generación mediante energías renovables pasa lo mismo. Si la fuente de energía es un reactor nuclear, carbón o gas natural, quedarse sin suministro no es una posibilidad porque equivaldría a perder el control de la instalación. Además, debido a las altas temperaturas, a los combustibles utilizados y a las presiones que se pueden formar dentro de la instalación, el peligro se eleva a la enésima potencia, pudiendo incluso extenderse a poblaciones cercanas. En energías como la eólica, solar o hidráulica el problema es similar.
Sostenibilidad
Además, si la prioridad es la sostenibilidad también se pueden instalar equipos que funcionen con gas o con biocombustibles. Son una garantía de un modelo de energía seguro, fiable y sostenible, basado incluso en una economía circular. En este tipo de instalaciones, las características de los grupos electrógenos de emergencia son muy variables (media tensión, alta insonorización, división por salas, depósitos de combustible de doble pared integrados, etc.), al igual que el modo de funcionamiento requerido.
Por ello es recomendable, subrayan en Genesal Energy, desarrollar soluciones personalizadas adaptadas a los requerimientos del cliente, priorizando y analizando las especificaciones (fiabilidad, eficiencia, sostenibilidad, etc.).
Industria y construcción
La energía de emergencia también es esencial en sectores estratégicos como la industria y la construcción. “Cuando estamos en una fábrica o en un edificio en construcción damos por hecho que la energía eléctrica siempre estará disponible, pero no siempre es así. El coste de un corte en la red puede tener consecuencias graves”, sostienen desde Genesal Energy.
Muchas industrias operan con procesos continuos donde un parón eléctrico es catastrófico. Las consecuencias de un fallo en la red son múltiples y ninguna buena: máquinas paradas o dañadas, la necesidad de un rearranque o de reorganizar la producción, desvío de pedidos, pérdida de datos que albergan los sistemas de información con el consiguiente daño a la reputación de la empresa… Si las máquinas se paran comienza la cuenta atrás y pueden perderse series de producción completas. Así que a los daños económicos es fácil sumar retrasos en toda la cadena. Todo esto se puede solucionar con un sistema de energía de emergencia adecuado.
Para estos casos un grupo electrógeno es la solución ideal. Debe ser un equipo robusto, fiable y capaz de suministrar la energía eléctrica necesaria durante el tiempo que dure el fallo en la red de energía. Además, este tipo de equipos pueden ser económicos, eficaces energéticamente y de fácil instalación. La clave para hallar la solución adecuada es ponerse en manos de expertos.
El sector servicios y la cultura de la inmediatez
Una superficie comercial, colegio, hotel, restaurante o cualquier dependencia de la administración pública también debe contar con una alternativa eficiente para responder con rapidez ante un fallo o corte en el suministro eléctrico tanto si la situación se prolonga solo unos minutos o días, como sucedería con un gran apagón eléctrico.
Si falta la luz durante un espacio de tiempo muy prolongado la situación se agravaría hasta el punto de que se tendría que activar un plan de evacuación para garantizar la seguridad de los usuarios del hotel, restaurante o centro educativo.
En estos casos, cuando el fallo es prolongado los problemas se suceden: los productos perecederos peligran en cámaras frigoríficas que no funcionan, los clientes no pueden hacer transacciones ni utilizar servicios básicos como el ascensor o las zonas comunes… Lo que a simple vista puede parecer un pequeño incidente, en el sector servicios es algo inasumible.
La situación se complica más en el mundo online. Por ejemplo, si una página web o una aplicación se cae porque el servidor donde está alojada se queda sin energía unos minutos o varias horas, se penaliza. Cualquier servicio a través de internet -tanto los servidores, como los servicios de atención al cliente, como cualquier elemento visible- debe estar protegido energéticamente. Ante unos clientes cada vez más exigentes, los sistemas energéticos de emergencia son imprescindibles porque en un mundo apagado a nivel global casi nada funcionaría.
De este modo, los grupos electrógenos para el sector servicios tienen que haber sido diseñados para reconocer cuándo hay una falta en la red de energía eléctrica principal y, en caso de que esto ocurra, arrancar de forma automática. Los grupos serán fiables, robustos y adaptados a las necesidades del negocio. El uso de materiales de primeras marcas es aquí muy importante y una garantía añadida, además de la facilidad que supone encontrar elementos de repuesto en caso de ser necesario. Y por supuesto, el mantenimiento es un aspecto imprescindible para garantizar su óptimo funcionamiento.
GENESAL ENERGY PUEDE AYUDARTE
Conocer las características del lugar donde se instalará el grupo electrógeno y las limitaciones ambientales, legales, etc que pueden producirse es esencial para lograr un rendimiento óptimo del equipo. Por eso es tan importante ponerse en manos expertas, contar con profesionales capaces de ofrecer las mejores soluciones para cada caso.
En Genesal Energy realizamos esta tarea con las máximas garantías. Nos avala nuestro conocimiento profundo de las tecnologías, de las características y normativas que regulan el funcionamiento de los grupos electrógenos gracias a nuestra experiencia en el sector y un amplio grupo de técnicos e ingenieros preparados para buscar la mejor solución adaptada a cada necesidad. Porque cada caso es diferente.
Genesal Energy está siempre preparada para ofrecer la solución más eficiente. Un grupo electrógeno a la medida de cada cliente. Puedes encontrarnos en consultas@genesal.com.