La importancia del mantenimiento de grupos electrógenos

“La energía de respaldo no es un lujo: es una necesidad. Esta situación nos ha servido para visibilizar algo fundamental: la importancia de estar preparados”- Ángeles Santos, Directora de RR.HH. y Relaciones Institucionales en Genesal Energy

El pasado 28 de abril, a las 12:33 hora CEST, la península ibérica sufrió un acontecimiento sin precedentes: un apagón masivo que afectó a más de 55 millones de personas. Durante horas, regiones enteras permanecieron a oscuras, con servicios interrumpidos y una incertidumbre generalizada que puso en evidencia la vulnerabilidad del sistema eléctrico ante fallos inesperados.

Las consecuencias fueron inmediatas, afectando a todos los sectores de la sociedad: supermercados cerrados, cajeros automáticos inoperativos, semáforos fuera de servicio, interrupciones en las telecomunicaciones, colapso del transporte, estaciones de servicio inutilizadas, parálisis industrial, y un largo etcétera. El incidente dejó claro hasta qué punto dependemos de una red eléctrica continua y fiable para mantener en marcha nuestra vida diaria.

Y no se trata solo de las actividades cotidianas; hay sectores en los que el suministro eléctrico continuo es vital y no puede verse interrumpido bajo ninguna circunstancia. Es el caso de los hospitales, donde la energía resulta crítica para operar equipos como monitores cardíacos o respiradores, y llevar a cabo intervenciones urgentes. Gracias a los grupos electrógenos de emergencia, muchas de estas instalaciones pudieron seguir funcionando con normalidad.

Más allá del impacto puntual, el apagón sirvió como recordatorio de la necesidad de contar con soluciones energéticas de respaldo eficaces, como los grupos electrógenos, y de garantizar su disponibilidad mediante un mantenimiento adecuado. Estar preparados no solo implica tener el equipo instalado, sino también asegurarse de que este responderá cuando más se le necesita.

Skyline de ciudad al anochecer durante un apagón, con edificios a oscuras y cielo parcialmente iluminado.

Importancia de la seguridad de la red eléctrica

El sistema eléctrico peninsular está formado por centrales o plantas de generación de energía (parques eólicos, fotovoltaicos, centrales hidroeléctricas, plantas de ciclo combinado, etc.) que están interconectadas mediante líneas de transporte de alta tensión. Estas líneas, a su vez, se conectan con subestaciones de transformación que permiten reducir la tensión de alta a media o baja, para luego distribuir la electricidad hasta los puntos de consumo a través de las redes de media y baja tensión.

El mantenimiento de grupos electrógenos es esencial en cualquier sector que dependa de estos equipos.

Así, cada vez que encendemos una luz o conectamos un electrodoméstico, se pone en marcha un complejo proceso que se controla y monitoriza en tiempo real para garantizar que la generación de energía coincida con la demanda. Es decir, se busca mantener un equilibrio constante entre lo que se produce y lo que se consume. Sin embargo, este sistema puede resultar inestable: cualquier fallo puede desencadenar un corte de suministro en cuestión de segundos, como ha demostrado el reciente apagón masivo.

Por eso, muchos sectores —especialmente los considerados críticos— deben contar con sistemas de respaldo energético, también conocidos como sistemas backup, que garanticen la continuidad del suministro en caso de fallo de la red:

    • En el ámbito hospitalario, una interrupción eléctrica puede llegar a costar vidas, ya que muchos pacientes dependen de equipos que necesitan estar conectados de forma continua. Por no hablar de las operaciones de urgencia, que no se pueden aplazar por falta de energía.
    • En sectores como los data centers y las telecomunicaciones, la energía es imprescindible para mantener la operatividad, evitar la pérdida de datos y asegurar la comunicación en situaciones de emergencia.
    • En la industria, la detención de procesos productivos puede provocar averías, daños en los equipos y pérdidas económicas significativas por retrasos y tiempos de reactivación.

Chica con linterna durante el apagón. Supermercado a oscuras.

Por todo ello, garantizar un suministro eléctrico ininterrumpido —y con ello, la seguridad de las personas y de nuestro tejido industrial— no es solo una necesidad, sino también una exigencia moral. En este contexto, los grupos electrógenos de emergencia desempeñan un papel fundamental como fuente alternativa de energía.

¿Y cómo se consigue que estos equipos respondan justo cuando se les necesita? Todo empieza con una instalación adecuada y una configuración que permita la respuesta automática. Un grupo electrógeno está formado por componentes clave como el motor, el alternador y el cuadro de control. Pero su verdadero valor está en su capacidad para activarse sin intervención humana gracias al cuadro de conmutación: un dispositivo que detecta la caída de la red, ordena el arranque del generador y transfiere la carga eléctrica en cuestión de segundos. Esta reacción inmediata permite mantener el suministro eléctrico incluso en momentos críticos.

Ahora bien, para que esa respuesta se produzca sin fallos, hay un aspecto igual de importante que el propio diseño del sistema: el mantenimiento.

El valor del mantenimiento: preparados para lo inesperado

El mantenimiento de grupos electrógenos es esencial en cualquier sector que dependa de estos equipos. Permite identificar posibles deterioros, prevenir averías inesperadas y corregir a tiempo pequeños fallos que, si no se atienden, pueden agravarse y comprometer el funcionamiento del sistema.

Estas tareas abarcan tanto la parte mecánica como la eléctrica, y se realizan con el grupo parado y en marcha. Se inspeccionan las conexiones eléctricas, hidráulicas y neumáticas; el sistema de combustible (bomba, filtros); el sistema de lubricación (nivel y cambio de aceite, filtros); el sistema de refrigeración (estado y nivel del refrigerante, limpieza del radiador); el estado de las baterías (comprobación de carga y electrolitos, limpieza de terminales); y el sistema de escape (silenciadores y emisiones). Además, se aplican los ajustes necesarios en función del estado general del equipo.

También se realizan pruebas de carga periódicas para asegurar que todos los parámetros de operación se mantienen dentro de los límites óptimos, y se comprueban los sistemas de alarma y seguridad para garantizar una respuesta eficaz en caso de activación.

Técnico de Genesal Energy reparando un grupo electrógeno

Gracias a todo este proceso, se consigue que infraestructuras críticas —como hospitales, centros de datos o instalaciones industriales— sigan operativas incluso en situaciones de emergencia. Así se salvan vidas, se protege la información, se evita el colapso de servicios esenciales y se mantiene activa la cadena productiva. Es decir, el mantenimiento convierte a los grupos electrógenos en una garantía real de continuidad.

Pero ese no es el único beneficio. Más allá de la respuesta inmediata ante un fallo, el mantenimiento preventivo aporta múltiples ventajas que impactan directamente en la seguridad, la eficiencia y la rentabilidad de las operaciones:

    • Seguridad. Un mantenimiento riguroso evita fallos internos que podrían derivar en accidentes, como incendios o explosiones, protegiendo tanto a las personas como a las instalaciones.
    • Mayor eficiencia y vida útil. Al revisar y ajustar regularmente los componentes, se reduce el desgaste prematuro y se garantiza que el grupo trabaja en condiciones óptimas.
    • Reducción de costes. La detección temprana de problemas evita reparaciones costosas. Además, un grupo bien ajustado consume menos recursos (combustible, refrigerante, etc.) y evita paradas productivas que podrían traducirse en pérdidas económicas.
    • Cumplimiento normativo. En muchos sectores, no solo es obligatorio disponer de grupos electrógenos, sino también cumplir con normativas específicas de mantenimiento. Evitar sanciones es también parte de una buena gestión.
    • Reputación empresarial. Un fallo evitable por falta de mantenimiento puede dañar seriamente la imagen de una empresa, sobre todo si pone en riesgo el servicio a sus clientes.

La experiencia Genesal Energy

En Genesal Energy sabemos que la clave para garantizar la continuidad energética está en la previsión y el mantenimiento. De nada sirve contar con un grupo electrógeno si no está en condiciones de activarse cuando realmente se necesita. Por eso, además de diseñar y fabricar soluciones energéticas a medida, ofrecemos un completo Servicio de Asistencia Técnica (SAT) que acompaña al cliente en todo el ciclo de vida del equipo.

Así, desde SAT definimos, diseñamos y ejecutamos planes de mantenimiento adaptados a las necesidades de cada instalación, con soporte especializado 24/7. También nos encargamos de la instalación y puesta en marcha de los grupos electrógenos, asegurando que todo esté preparado para responder ante cualquier eventualidad.

Una prueba clara de esta capacidad fue nuestra actuación durante el apagón del pasado 28 de abril. Ante la magnitud del suceso, activamos un gabinete de crisis para dar respuesta al mayor número de incidencias posible, priorizando las más urgentes. Gracias al compromiso y profesionalidad de nuestros técnicos, conseguimos restablecer el suministro en numerosos puntos críticos, llevando energía allí donde más se necesitaba.

Si quieres conocer más en detalle cómo fue nuestra respuesta durante el apagón, puedes escuchar a Margarita González, Directora de Postventa – SAT en Genesal Energy, en esta entrevista para Radio Coruña – Cadena SER, donde explica el papel fundamental de los grupos electrógenos en una jornada crítica para todo el país.